San Juan Chamula

 

Comunidad Tzotzil, distante a 10 kilómetros de San Cristóbal de las Casas, a 2,260 m.s.n.m., de origen prehispánico que ejerce su autoridad con base en los usos y costumbres. San Juan Bautista, San Pedro, San Sebastián, son los tres barrios que conforman este centro ceremonial, cada uno con su panteón presidido por unas gigantescas cruces que presentan a Chul Metic (Dios Madre) y a Chul Totic (Dios Padre), allí se encuentra la sede de la autoridad y el lugar donde el sincretismo religioso da su máxima expresión: el templo de San Juan Bautista, cuyo profundo significado mezcla la tradición cristiana con las raíces prehispánicas.




Tres barrios conforman este centro ceremonial tzotzil, distante 10 km de San Cristóbal de Las Casas, situado en un valle escogido, según la tradición, por el propio San Juan. No solamente los cerros marcan los espacios sagrados sino también las cruces, cuyo profundo significado mezcla la tradición cristiana con las raíces prehispánicas. Las ruinas de San Sebastián se encuentra a la entrada del camino que conduce a la plaza, sede de las autoridades , del mercado y de la iglesia, separada ésta del mundo profano por un amplio atrio bardado.

De construcción colonial, es ya valiosa por sus elementos arquitectónicos, entre los que sobresale su gran ventana abocinada, sin embargo, debe su fama a la atmósfera mágica de su interior. En ella, los chamulas participan de rituales sincréticos con una devoción y solemnidad únicas. Las creencias están influidas por las prácticas introducidas por lo evangelizadores del siglo XVI, adaptadas a tradiciones religiosas más antiguas, para que éstas pudieran sobrevivir.
San Juan Chamula fue el principal escenario de la guerra de Castas de 1869, recreada en el Oficio de Tinieblas de Rosario Castellanos.


Atrio e Iglesia.
En la gran plaza del pueblo tienen lugar los eventos más importantes, como el mercado, las elecciones, las reuniones políticas y las ceremonias religiosas. Al fondo de la plaza está el templo, precedido por un enorme atrio. La iglesia es sobria, con un gran portón entablerado que sólo se abre por completo en la fiesta de San Juan. Todo está vigilado por los “mayoles” o policías, que portan un “chuck” –cotón de lana gruesa blanco y un marro de madera dura como el fierro. A los visitantes les está prohibido tomar fotografías. El acceso al interior de la iglesia está regulado y se debe pagar una cuota para entrar.


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